Blogia
¤ †¦Årmand ßelmont¦† ¤ ‡ [ Figther Dreamer ] ‡

Capítulo 7. Jesucristo Inc. and Iglesia Corporate

      No cabe duda que al ser humano le gusta sufrir, dejar lo que para mí era un poco de felicidad por el clamor de una venganza, sin embargo haber dejado de nuevo mi vida tranquila para volver al camino del asesinato, mis lagrimas caían por mis mejillas por el recuerdo de la muerte de Caroline, no podían parar seguían cayendo una tras otra como gritos desde mi alma, caminando por la oscuridad de la noche, y recorriendo la oscuridad de mi alma, quisiera estar solo y caminar poco a poco hacia Caroline, aunque ya eso es prácticamente imposible yo estoy condenado al infierno, asesinar no es un acto redentor por más bueno que parezca, yo lo entiendo, pero ellos deben pagar, quisiera saber quien está detrás de todo esto.

 

      Y tal vez dentro de esta locura encuentre una felicidad, una tranquilidad de haber resuelto el misterio de una pesadilla que siempre está presente en mi mente, corazón y alma. Apresurar todo esto para terminar lo pendiente, y que mi amada me de la energía y fuerzas para continuar con mi motivo asesino, al mirar las estrellas siempre te veo ahí mi Caroline, caminando hasta cansarme, Dios si es que aun me tienes entre tus planes de llegar a mi amada, perdonar mi corazón y dejar entrar mi oscura alma solo por un instante para verla...

 

Reflexionando cada palabra en mi mente, sin darme cuenta hasta llegar a una pequeña ciudad, desde que mis pensamientos se quedaron estancados en la reflexión y mi  labios sellados, caminando toda la noche, y el alba volvía a iluminar… estar tanto en silencio casi ausente del mundo, había hecho pasar el tiempo y la distancia como si fueran algunos pasos, cuando me di cuenta que mi cuerpo empezaba a temblar y a sucumbir ante la debilidad humana, el cansancio me había alcanzado, caminando lentamente, tallando mis ojos una y otra vez, para así sopesar mi cansancio, hasta llegar a unos de mis lugares favoritos, un cementerio, lentamente fui caminando hasta la entrada, y así sin permiso pude entrar mi cuerpo me pesaba, mi cerebro parecía aturdido, y mis ojos apenas se mantenían abiertos, tallándolos para que de alguna manera se mantuvieran abiertos, mientras el sol de la mañana caía sobre mi abrasador y tan molesto, activando una reacción química sobre mi pálida piel, por falta de sol se había vuelto pálida de un color amarillento,  como las matices de mi alma, siempre cambiante y abrazada por la oscuridad, y del otro extremo la lucidez con la que mi corazón brillaba a tu lado mi linda Caroline, cuando sentía que el tiempo y la distancia jamás nos alcanzaría, mi mente está demasiada cansada, debo descansar, me tiro en el mausoleo mas antiguo cierro mis ojos y…

 

    ¿Dónde estoy?, no parece el cementerio donde estaba, todo esta oscuro, no puedo ver mas allá de mis pies, debo de pisar con cuidado puede haber un precipicio o algún lugar donde no debo pisar, de repente una luz, parece lejos, pero me ilumina un poco el camino, ese as de luz caminando poco a poco entre la tierra de un cementerio donde apenas podía divisar las cruces a mi alrededor, ahora escuchaba el viento silbar entre las cruces y algunas ramas de los árboles muertos a mi alrededor, mis pasos se escuchan pues se escuchaba el crujir de las hojas al ser pisadas, hasta que el piso se volvió e concreto, voltea a mi alrededor dudando, pero no podía ver mucho mas allá de algunos cuantos metros, como si esa luz solo estuviera ahí para iluminar cierta parte de mi camino. Después de caminar cierto tiempo, había un mausoleo, tipo capilla gótica, la piedra estaba cubierta por musgo verdoso, en la puerta de metal con los remaches ya corroídos por la oxidación se encontraba un escudo de armas, con un corazón arriba con dos espadas atravesadas, algunas palabras en latín “Cordis Familia” y en medio estaba una “B” en letra medieval. Al llegar a la puerta tan solo la toque y esta automáticamente se abrió lentamente, con un chillido muy fuerte, y de inmediato un aire salió a presión de la cripta, su olor a humedad y a salitre me decía que el tiempo había pasado mucho tiempo por ahí , dentro había una escalera, mi primer paso dentro y la atmosfera era tan pesada y densa, casi no podía respirar, mi respiración era mas agitada como si algo tomara mi cuello y lo apretara suavemente,  al ir bajando las escaleras con el sonido hueco, un metro mas abajo después de las escaleras, ante un piso con mosaicos en color negro y blanco, en medio una alfombra roja, al pisar la alfombra dos candelabros se encendieron a mis lados, revelando algunos féretros de piedra, con una figura de persona encima,  no puse atención y seguí caminando, dos paso más y otras dos velas se encendieron ahora los féretros eran de plata, tres pasos más, y había tan solo un féretro de madera, di otros dos pasos mas se me hacia extraño todo esto que hacia ante mi una cripta muy antigua…  la ultima vela se encendió en un lugar que parecía un lugar donde hincarse, caminé dubitativo hasta llegar y pararme a un lado de ese pequeño lugar, inmediatamente una luz tras otras se encendieron, tomando mi espada observe como cada una de las 5 velas que se encendieron iban descubriendo una silla, la mas grande y lujosa estaba en el medio, las otras eran un poco mas chicas, pero la del medio era mas alta y tenía el mismo escudo que estaba en la puerta, de su espalda salió alguien encapuchado, en su mano derecha llevaba una espada que tenía el mismo escudo en la parte donde la hoja de la espada se une con el mango de esta. — Híncate ante nosotros — fue una voz tétrica, hueca y muy profunda su eco se escuchaba aun retumbando la pequeña cámara, ni siquiera dude hipnotizado por esa voz caía con mis rodillas en ese lugar, mi vista se nublaba y la atmosfera cada vez mas pesada mi espada me fue arrebatada, no sentía miedo ni pánico, era extraño todo me parecía un poco familiar, como que si algo tuviera que ver… —Armand Belmont, te hemos reunido aquí para juzgar tus acciones, tus antepasados reclaman tu vida— ¿Antepasados? Había escuchado bien, mis antepasados… si… ahora recuerdo ver ese símbolo mi tío del viejo mundo nos enviabas cartas y siempre llegaban con ese sello… en realidad son un…

 

… Un sueño… que raro… familia, ese escudo será…  hacia tiempo que no pensaba en mi familia, tal vez sea el hecho de que me he concentrado tanto en esta venganza que mi mundo solo se ha cerrado a pensar en Caroline y asesinar, recuerdo hace tiempo contaban que la familia había llegado del viejo mundo hace algunos siglos atrás, resulta raro pensar en la familia, sin embargo, el sol ya esta cayendo creo que he dormido mas de la cuenta, aunque mi cuerpo y mente ha estado realmente cansado, debo tomar mi espada y me levanto lentamente observando como la luz del sol empieza a cambiar de un tono naranja a uno mas rojizo y como la oscuridad poco a poco devora el fin del día, yo debo alejarme de mi pasado, dejar todo atrás y olvidarme de todo lazo creado, solo somos Caroline y yo, y este mi condenación mi pacto hacia el infierno, segador de alma donde puedo llevarme conmigo a esas personas que me convirtieron en lo que soy.

 

     Mi puño aprieta la funda de la espada y la apoyo en el suelo, para poder levantarme… pero… de inmediato recibo un golpe en la cara, había descuidado mi defensa caigo al suelo, mientras del otro lado me reciben con otra patada en mi estomago, inmediatamente perdí la respiración, empecé a dar vueltas por el suelo para recuperar la respiración esa sensación de no respirar, en que toda entrada de aire esta tapada, es desesperante, escondido entre algunas de las tumbas mientras mi respiración poco a poco, me vuelvo a incorporar revisando por todos lados para localizar a mis agresores, preparando mi espada colocándola en mi costado izquierdo, envainada preparada para cortar a quien sea de un solo golpe, una técnica battou o espada muerta, la técnica de matar de un solo golpe, aunque debo ser cauteloso son dos personas quienes me atacan, casi sin moviendo esperando el primer ataque, con mi mano en la empuñadura de la espada, a mi derecha venía una de las personas, con espada en posición de espada muerta a mi lado izquierdo la otra persona en posición de estocada, mas bajita que la otra persona, eso me da cierta ventaja, son muy rápidas… vaya si hago el mínimo error acabaré muerto aquí, maldición, cerré los ojos por un segundo tomé aire lo mas profundo que podía, inicio mi movimiento desenvainando la espada y tomando la funda de esta, sin embargo, todo se me hacia lento el movimiento de mi espada moviéndose de izquierda a derecha en un semicírculo mortal, la primera persona se detuvo en seco y un movimiento extraño sobre la inercia movió su cuerpo para darme una patada en la cara lanzándome contra un árbol, cometí mi error, ahora, estaba muerto, la segunda chica me acomodó un golpe en el pecho, de ahí en adelante todo fue un festín de golpes, sentía como mi mente se perdía entre el dolor, mis lagrimas recorrían mi mejilla, Caroline, no podré cumplir la venganza… al borde de perder mi mente en una basta oscuridad, por todo el amor que sentía aun por Caroline, recordando y soñando un lugar donde estamos los dos juntos, cuando justo mi cuerpo se empezaba a vencer y mis ojos poco a poco se cerraban los golpes cesaron.

 

    Entre mis pensamientos, mi vista nublada por mis lagrimas, casi en mis cinco sentidos escuché —Es suficiente castigo—  mientras sentí como unos labios se pegaban a los míos — y bien ¿Qué te parece mi castigo?, Belmont eres un odioso como te atreves a dejarnos solas— la voz me decía mientras mi mente aturdida no podía hacer conjeturas aún, ni mi dolor me dejaba reconocer esa voz, solo pensando en el dolor, hasta desvanecerme por completo con mi mente fuera de la realidad, sumido en la oscuridad y los malos recuerdos que conllevan siempre cuando cierro mis ojos, recordar una y otra vez mi tormento y mi trauma, el día en el que mi mundo se detuvo, donde mis sueños y esperanzas se acabaron, donde mi vida dio el salto hacia la soledad, muerte y asesinato.

 

      Al despertar de mi largo y pesado sueño, las heridas de mi cuerpo aun dolían y al abrir mis ojos, a reacción de la luz del sol entraba por una ventana no era un habitación normal, parecía una habitación de hotel, me levanté tocando mi vientre, el dolor en mi cara hombros y vientre era tan intenso que difícilmente tenia las fuerzas para levantarme y solo quede sentado en la cama con una lagrima en mis mejillas del dolor y esfuerzo que había hecho, la habitación era algo grande y lujosa, con dificultades mi cuerpo medio desnudo solo con la ropa interior podía observar cada morete que tenía, a un lado de la cama estaba mi ropa recién limpia, junto a una nota con mi nombre escrito muy delicadamente, con la delicadeza de una chica esos movimientos finos denotan que la chica es una chica con buena educación. Después de entretenerme en ver la letra e imaginar como es la chica que lo escribió leí el mensaje “te esperamos en el restaurante cuando despiertes, te estaremos esperando todo el día ahí”  raro el recado, no sabia ni el motivo de por qué estaba en esta habitación, me vestí lo mas lentamente posible sin hacer grandes esfuerzos para no lastimarme mas de lo que estaba, y caminando hacia la puerta lentamente era como si cada musculo que moviera fuera una punzada en mis nervios, lentamente abrí la puerta la gente de afuera inmediatamente pusieron sus miradas en mí, yo solo cerré la puerta e inicié a caminar tomando mi vientre con mi brazo para soportar el dolor, el pasillo era un poco largo con pequeñas plantas en una de las paredes y pilares griegos modernos estaba muy bien elaborado, los cuadros colgados en las paredes eran de muy buen gusto, me agradaba el tono blanco de las paredes impecables ninguna mano había sido tallada en esos muros, la gente pasando por ahí no dejaba de ver mi cara hinchada por los golpes, y algunos moretes que se estaban tornando de color negro al llegar al ascensor la gente que estaba ahí me veía con tono despectivo y poco a poco se fueron moviendo, lo que no me gusta de la gente rica y poder es que se atreven a discriminarte solo por tu apariencia y para ser verdad mi apariencia no era grotesca por los golpes sino por mi vida en sí, una vida de asesinatos, creo que debería oler a sangre ese olor metálico había sido impregnado en mí como un perfume inconfundible, aunque dudo que estas personas sepan cual es el olor de la sangre pues estos están saturados de un olor diferente, el olor del dinero perdidos en su avaricia y codicia en este país de ricos por qué los pobres para ellos no existen o solo son personas para hacer el trabajo pesado, esas manos que se ensucian en la tierra son las que forjaron nuestro país, y tal es el desprecio que a veces los hacemos a menos.

 

     El ascensor se abre frente a mí pasando lentamente entre la gente que había dentro, solicitando la planta baja, me voy recorriendo hasta el fondo, recargado en una esquina para soportar un poco el peso de mi cuerpo en las paredes del ascensor, inicia el movimiento y yo recargado como si estuviera ido del mundo, de esta realidad escucho a lo lejos platicar a la gente de los negocios que están haciendo, de las ganancias del otro lado se encuentran dos chicas menores que yo conversando de novios y chicos, además de los lujos que se traían encima, aunque al verme me hicieron una cara de desprecio.

 

      Al fin en la planta baja, todos salen y yo lo hago igual pero lentamente, el lugar de igual manera estaba muy lujoso, el lobby era amplio y estaba lleno de sillones y mesas donde la gente podía platicar o leer el periódico cómodamente, mientras camino admirando todo el lujo que había a mi alrededor, a mi lado izquierdo estaba la barra de vinos y licores y  mas adentro el restaurante, seguí mi camino y al llegar al lado de la ventana que daba a la calle se encontraba Yessica Belnamdes y mi hermanita, pero era imposible a ella las había dejado en aquella montaña, maldición me habrían seguido… y si ellas… —Hermanito te estábamos esperando, ven con nosotras— el pensar algunos momentos me había descuidado y mi hermanita me tomó del brazo, hice un gesto de dolor ese tirón me había dolido demasiado —te duele mucho hermanito… le dije a ella que no te golpeáramos tan fuerte— había escuchado bien, ellas me habían golpeado… — yo le dije hermanito pero ella es tan testaruda— maldición ellas dos me hicieron esto, no me había dado cuenta lo fuerte que pueden ser, por lo menos mas de mi hermanita —Belmont…— me recibió con un golpe —Hija de to…— —Te duele verdad… es el precio por abandonarnos, así para que la otra te la pienses… aunque fue algo bueno ver que hay debajo de toda esa ropa… vaya que esta bien escondido — estaba diciendo ya sus obscenidades ya había regresado la misma Yessica de siempre —Cállate y déjate de estupideces— una sonrisa se dibujaba en sus labios —Vamos Armand tuviste tu merecido, pero no es por eso que estamos aquí, te suena el nombre López Urrutia—  ese nombre resonaba en mi cabeza… si, el nombre que aquel hijo de puta que había destrozado, asentí con la cabeza me intrigaba que es lo que quería decir —Mira hacia fuera, en aquel restaurante sentado en la mesa de frente que esta en esa pequeña terraza—  en aquella terraza solo se encontraba un sacerdote tomando café junto con otra persona, sin embargo por encima de la mesa este el sacerdote entregó un sobre a la persona que estaba frente a él — Ese que estas viendo es el sacerdote Antonio Gómez, el que está de frente es un asesino a sueldo, ambos están conspirando para asesinar a López Urrutia, no estaría mal eso sin embargo, tomando en cuenta que es una parte clave para el siguiente eslabón de tu misión, debes protegerlo para poder obtener toda la información, mañana a medio día López Urrutia llegará a comer con el padre y el asesino estará detrás de ellos esperando en la mesa de atrás a la señal para saltar a asesinarlo— hizo una pequeña pausa— Bien como piensas lograrlo Belnamdes— en su mirada encontré un brillo —Recuerdas en la habitación donde estas… esta arriba del restaurante una de las ventanas da directamente a esa mesa en especial, en la habitación contigua estamos Yezika y yo, en cada habitación hay dos rifles con miras telescópicas preparados con un solo disparo, ambos cuentan con silenciador nos colocaremos 1 hora antes de la hora de llegada, para ver que pasa, tu te vas a encargar del padre… ah si no te preocupes no es tan inocente el muy desgraciado es un pedófilo, así que tienes las suficientes razones para matarlo— me dio unas pequeñas palmadas en mis hombros —Yo me encargo del asesino, todo debe ser sincronizado, para poder escapar bien, toma— me entregó un tipo de dispositivo que va colocado en el oído, supongo que es un tipo de receptor/transmisor —Esto ayudará a comunicarnos, bien, ahora todos a salir, Yezika y yo nos iremos de compras ya sabes cosas de mujeres— ambas se levantaron del lugar — Ah lo olvidaba, toma, aquí tienes mil pesos, están en diferentes denominaciones para que puedas comprarte algo si sales— los tomé mientras ellas se marchaban haciéndome un saludo de despedida, me levanté y caminé hacia el lobby donde me senté por un rato en uno de los sillones tan cómodos que había ahí, sin embargo, mi comodidad fuer disminuida a los 10 minutos puesto que llego un señor de edad avanzada y fumando un puro, ese hedor que molesta a la mas sensible nariz, no tuve otra opción que levantarme y salir a la calle, en la cuadra de enfrente estaba un parque, lleno de pequeños arboles que daban sombra. Al ir caminando por la banqueta adentrado en mis pensamientos, sin percatarme de mi alrededor, y mi cara un poco golpeada me hacía ver tal vez como un vándalo, o simplemente un vulgar ratero, sin embargo, si tan solo tuvieran idea de lo que soy, creo que ahí mismo me colgarían.

 

      Al caminar adentrado en mis pensamientos, sin mirar el camino me tropecé con una piedra, lo cual me sacó de mi trance, y observando a mi alrededor encontré una pequeña librería, con una pequeña galería que daba a la calle, y recordé que me gustaba leer y desde hace cuando no leía un libro, abrí la puerta y lentamente entré y a pesar de ser chica había gente a través de los pequeños pasillos observando, hojeando algunos libros, ese olor a hoja nueva me daba nuevas sensaciones, nuevos conocimientos algo en que entretener mi mente, un  libro es la puerta hacia otro mundo donde puedes por lo menos estar ahí, a veces, aunque últimamente todo esto se esta perdiendo, ahora los niños no se les enseña el gusto por leer, pegados a la caja tonta y a las películas violentas, jamás sabrán lo que hay dentro de las hojas camino por uno de los pasillos para encontrarme con una señorita que atiende a los clientes, su mirada aunque un poco de temor observando mi cara y con una sonrisa me saluda y me pregunta si deseo algo, desde luego yo no sabía que pedir así que solo me limité a pedir una sugerencia de un libro para poder pasar el tiempo, hacia tiempo que no pasaba el rato tan tranquilo, sin asesinato no me di cuenta cuando se marchó, pues sumergido en mis pensamientos el mundo exterior no es solo un mundo de fantasmas que no puedo ver, mi mundo se limita a lo ilimitado que el cerebro nos puede dar, aunque encerrado tanto tiempo en el mundo lo único que se ocasiona es obtener la costumbre de quedarse en ese mundo a los que los simples humanos lo tratan de llamar enfermedad mental, pero que mundo está mas enfermo aquel en el que la personas pueden estar tranquilizarse y disfrutar o la realidad donde existen monstruos como yo ahí afuera, en donde en algunas partes los niños no pueden jugar tranquilos sin el temor de no ser hechos pedazos por una granada o mina. Entonces me pregunto de nuevo, que mundo es mejor, un jalón en mi hombro me saca de mis pensamientos —Señor, señor… aquí tiene este libro, ¿le pasa algo, está bien es que…?— me preguntaba mientras tocaba mi hombro, un poco sorprendido lo único que hice fue responder que estaba bien, tomando el libro de sus manos y con el título de “El Alquimista” solo lo tomé sin ni siquiera leer el autor ni leer el resumen detrás del libro, caminamos juntos hasta la caja donde solo saqué el dinero y pagué.

 

      Al salir de la tienda, caminando lentamente hacia el parque hasta llegar al pasto de inmediato me tiré al suelo mis manos sobre el pasto pasando lentamente, ese olor a naturaleza llenaba mis pulmones, me tranquilizaba y me llenaba de energía, y abriendo el libro iniciando a leer lentamente, mi mente se iba metiendo en un embudo que del otro lado veía mas que la historia que estaba leyendo, mi noción del mundo exterior iniciaba por perderse al igual que el tiempo, ahora mi tiempo estaba regulado por el tiempo que transcurrían mis ojos al pasar línea por línea, mi mente empezaba a dejar el mundo extasiado y tranquilizado por la lectura, me hallaba tirado en la hierba cuando sin más mi cuerpo tranquilo y mi mente en aquel mundo caí en un sueño profundo y tranquilo, sin sueños maquiavélicos, ni malvados, sin pesadillas solo un sueño en blanco donde mi mente estaba descansando.

 

      Al abrir mis ojos, ahí estaba un guardia, me había levantado puesto que estar ahí tan de noche era peligroso o esa era la escusa… poco a poco me levanté y recogí el libro que estaba a mi lado, sacudí mi ropa para limpiarme, mientras le preguntaba la hora al guardia, el cual me respondió de mala gana las 9 de la noche, y con un gracias seco avancé de nuevo por la calle, el panorama había cambiado donde antes los rayos del sol quemaban mi piel ahora estaba mas que las luces artificiales, y la luz pálida de la luna llena apenas opacada por toda la luz artificial aunque la gente caminando algunos desconfiados mirando hacia todos los lados para evitar un robo,  y delante de mí una familia, en ropa sucia pidiendo una limosna para sobrevivir el clima fresco, y al observar como la gente los veía entre el desprecio y la indiferencia solo por ser pudientes, solo porque ellos pueden vestir bien y ellos apenas unos harapos sucios, a veces la gente me daba asco, ser tan racista no lo hacían mucho mejor que yo, aunque mi vida era despreciable, no es posible como algunas personas no ven la magnitud de la eventualidad de ser pobre, lo material gana sobre el ser humano, abnegados a siempre obtener mas dinero, un puesto mas alto, un auto nuevo, una casa nueva…

 

      Me acerqué a la señora lentamente metiendo la mano al bolsillo lentamente sacando el dinero que tenía, aquel dinero que se me había entregado lo puse todo en sus manos —Tome señora, esto es para usted y su familia úselo bien— mientras cerraba su puño, la señora se me observaba fijamente atónita, pues un extraño regalarle toda esa cantidad de dinero, tardó unos segundos antes de responderme — Esto es demasiado señor — y extendió su mano para regresarme el dinero, aun así las personas desconfían unos de los otros —Tómelo señora, esto es muy poco para que puede alimentarlos, a mi me sobra, debe tomarlo señora— mientras le rechazaba la mano, y después de todo eso nunca lo voy a olvidar, a cualquier persona le ablandaría el corazón lo que mis ojos observaron esa noche… la niña mas pequeña me abraza por mi pierna mientras bajaba la vista para observar, ella estaba con su carita sucia mirándome fijamente y entre sus cabellos lacios y sucios tapando un poco su mirada podía observar como esos ojos brillaban de nuevo, instintivamente bajé mi mano  y quité el cabello de sus ojos, esa ternura sobre un extraño hizo que mi corazón se estremeciera, sus lagrimas recorrían sus mejillas dejando líneas por sus mejillas, mientras mi mano instintivamente le secó la lagrima solo pude observarla un instante y con la voz quebrada solo pude soltar un “de nada” con un nudo en la garganta…

 

      Caminé sin pensar en nada, aquella imagen me fue grata, la gratitud es algo que últimamente se ha estado perdiendo y con ello la bondad en las personas, que el tiempo halla cambiado es cierto, pero eso no significa que debemos ser groseros unos con otros, como cuando aquellos chicos de la esquina solo se burlan de los defectos de los demás. Al llegar al hotel ignorando completamente al portero quien efusivamente me saludaba, pues como siempre hundido en mis pensamientos la realidad pierde sentido para mí, pero hasta ese momento no había algo que me distrajera, sin embargo, algo me hizo mirar hacia el área de recepción y ahí estaba, aquella chica que llamaría mi atención, parada ahí con ese vestido satinado en verde seco, su pelo recogido y la obertura que le descubría toda la pierna izquierda ese tono sensual, cualquier hombre se detendría a observarla detenidamente, pues ese vestido le hacia bien en mostrar lo necesario para que el cuerpo de una mujer sea sexy, ese gusto por vestir bien, medio atrevido pero sin embargo algo travieso, llevaría a muchos a tener varias fantasías, tan solo observar su piel esa en tonos de bronceado perfecto, esas pequeñas características tan sutiles pero exquisitas…  —Señor Armand— la voz sacándome de mis pensamientos —Señor Armand, ¿se siente bien?— de alguna manera sin darme cuenta ella se había acercado a mí —Estoy bien gracias…— perdido en su mirada, esa profunda mirada color café oscuro adornando su cara, de ese tipo raro tipo musulmana… parado frente a ella mirándola fijamente a sus ojos, los segundos parecían horas… y mi corazón empezaba a palpitar, y ese olor a gardenias, ese exquisito perfume me tenía completamente hipnotizado… —Me da gusto… ayer estaba— —Gardenias…— solté mis palabras interrumpiendo, lo cual solo creó un vacío —Hueles a gardenias… disculpa es que tu perfume me trae recuerdos… hueles muy rico— —Gracias, pero no cree que es un poco atrevido decir eso— en efecto, en efecto me dejé llevar —Disculpe… ¿Cómo te llamas?— —¡Por lo menos por ahí hubieras iniciado!, soy Jade, Jade Rudaina—  —Gracias, disculpa molestarla señorita Jade, con permiso— le pasé por un lado, dando un respiro a ese exquisito olor —¡Hey Armand!, me alegra verte bien—  al momento de voltear, vi esa sonrisa en su cara, parecía tan linda tan solo asentí y seguí caminando poco a poco hasta llegar a los ascensores presionando el botón, mientras espera que se bajara mi mirada seguía observándola sus movimientos lentos y sensuales, o por lo menos para mi así lo parecía de la perspectiva donde estaba… el ascensor bajó, subí y la seguí observando hasta que las puertas se cerraron, lentamente presioné el botón del tercer piso, y lentamente el ascensor inició su camino.

 

      Al llegar al piso, bajé lentamente ahora mi dolor se había aminorado, mi cuerpo de alguna manera se sentía mas ligero, tal vez el descanso o tal vez observar a aquella chica, no lo sabré al llegar a mi habitación solo me desnudé y entre a la ducha, el agua un poco caliente sobre mi cuerpo me hacía pensar sobre las cosas que pasarían mañana, el tiempo me pareció corto mientras me bañaba, salí en bata de baño, sentado en mi cama metí mi mano por debajo de ella para sacar el rifle en un estuche negro, al abrirlo cuidadosamente en sus compartimentos estaba cada parte del rifle, inicié a armarlo poco a poco, hasta tenerlo listo, abrí el lugar donde ponen las balas solo para imitar el cargado de la bala, cerré el compartimento me levanto poco a poco de la cama y coloco una silla cerca de la ventana, apunto al lugar donde se sentaría mi victima, probando mis habilidades de caza, la carnada ya estaba echada, solo faltaba que estuviera mi presa… imagino la situación las personas alrededor, el restaurante con gente, mi respiración suave y tranquila, apuntando solo a la cabeza, ajusto la mira para un tiro limpio y perfecto, contengo mi respiración y jalo del gatillo… se escucha el ruido del martillo del rifle, pero todo está tranquilo en silencio, aunque mañana…

 

—Ahh practicando no es así Belmont…— la voz de Belnamdes detrás de mí hizo que saliera de esa pequeña visión de lo que pasaría mañana… —Voltea hacia acá que quiero presentarte a…— en ese momento mi mirada quedó fijamente en la mirada de la persona que acompañaba a Belnamdes y mi pequeña hermana… —Jade… Rudaina— no podía creer, igual era una asesina… no se que papel tenía en todo embrollo, mi mente empezó a dibujar diferentes teorías, pero de alguna manera me dedicaba a negar que ella estuviera en el mismo camino que yo o Yessica — Hola Armand— mientras me saludaba con una sonrisa en su rostro, por Dios que es muy linda, tan linda como con un asesino con fachada de ángel… no, no creo que ella sea… — ¿Eh?, ¿Realmente ya se conocían?…  — la cara de Yessica incrédula al parecer desconcertada por el hecho de que ya nos conocíamos — ¿Realmente quién es Jade Rudaina, Belnamdes?— le pregunté, mientras mi pequeña hermana se acercaba y acariciaba mis cabellos un poco húmedos — Ella es nuestra espía y nuestro comodín de salida— — ¿Espía?, ¿Comodín de salida?— todo era un misterio para mí… — Así es Armand, soy una espía al servicio de Yessica, entrenada en el arte de robar información… por así decirlo un Hacker… — la información que me estaba dando no podía entrar por mi mente, tan linda señorita — vamos… no me crees verdad… eres Armand Belmont, 23 años padres Joseph Belmont, Liza Jiménez, Belmont viene de Inglaterra, estudios solo hasta la preparatoria, un genio en matemáticas sobresaliente en los exámenes de iniciación a la universidad, beca del 85%, se convirtió en asesino hace 5 años, asesina solo a gente con crímenes, evita los lugares lleno de gente, estadísticamente has matado a más gente con la espada que con tu pistola, sus asesinatos son “limpios” no deja huella y todo quien logra observarle es asesinado, clandestinamente se le conoce con varios sobrenombres, entre ellos el más usado es el asesino de la “velocidad celestial” pues sus asesinatos son realizados entre 1 y 2 segundos… en 6 meses ha asesinado a 2 personas importantes un padre y un político importante siendo este último masacrado y mutilado en pedazos — sus palabras me hacía recordar más y más mis asesinatos y todo la tranquilidad que había adquirido pronto se volvió martirio, las imágenes atravesaban mi cerebro como puñales ardientes… — Calla, por favor… ¡Calla!— grité mientras cubría mis orejas mientras me agachaba, mis lagrimas resbalaban por mis mejillas, era como si sufriera un dolor intenso mi hermana menor quien estaba detrás de mí dio un salto hacía atrás asustada, de inmediato se hizo un silencio sepulcral, mientras poco a poco recuperaba mi cordura, me levanté mientras tomaba mi ropa, y mientras me cambiaba aun todos estábamos en silencio, colocándome mi gabardina, abrí la puerta de la habitación y cerré tras de mí sin decir palabra alguna, caminando por el pasillo aún con los pensamientos frescos de mis asesinatos, 5 años han pasado, observo mis manos, las líneas que tienen,¿ podrían significar algo? Eso jamás lo voy saber la vida humana es aun un gran misterio, las levanto y limpio mis lagrimas y subiendo las escaleras hasta llegar a la puerta de la azotea, al abrir la puerta una pequeña brisa helada revolvió mis cabellos, caminando lentamente al borde del edificio observando los automóviles pasar por las avenidas, gente caminando, tratando de dejar mi mente en blanco y después observar el cielo donde los rayos de la luna caían en mi cara… mientras me sentaba en el suelo recargado en una de las pequeñas paredes de protección, observando como unas nubes viajaban lentamente sentía como la tristeza me invadía de nuevo, era inevitable que tan solo algunas horas borren todo mi pasado, que el acto de bondad que acaba de hacer hace unos momentos jamás me ayudaría, asesino de la velocidad celestial… ese es el mejor arte de asesinar… podría ser —Armand, este…— ahí se encontraba ella frente a mí con su cara obstruyendo la luz de la luna, aunque sus cabellos cayendo sobre su cara, y la luz de la luna a través de sus cabellos… —Armand, no sabía que te afectara tanto… disculpa—  me levanté aunque mi cara pasó demasiado cerca de su cara pude oler de nuevo su perfume de gardenias, el movimiento de sus cabellos por la brisa helada… todo parecía perfecto su pequeña cara de ángel —Jade, mira ven… observa hacia abajo— inmediatamente se acercó a observar, con cara de duda —dime Jade, ¿Qué es lo que observas?— pregunté, mientras me recargaba a la pared —Solo personas caminando, autos…— —Son vidas Jade, caminando en un mundo incierto, pequeñas parte de esto a lo que llamamos vida, tu y yo somos partes de ella, el ser humano es tan complejo… el hecho de que sea un asesino no significa que no respete lo que es la vida y que a quienes asesiné me traen dolor en mi corazón y alma— ella observaba fijamente mis ojos —Armand, tu mirada es oscura y profunda no demuestra más que eres un frio y calculador asesino, aquel que solo está para asesinar… pero tu corazón es otra cosa — colocó su cálida mano sobre mi mejilla —Ahora comprendo el peso que has llevado, jamás lo hubiera pensado así y yo solo solté mis palabras sin sentido— de sus parpados empezaron a salir lagrimas mis manos instintivamente  le limpiaron las lagrimas —Debo volver a mi labor… hasta mañana— solo asentí mientras vi como se alejaba poco a poco, me volví a sentar en el suelo, observando de nuevo al cielo… mientras mi mente divagaba, hasta que la tranquilidad le siguió a la tormenta, lentamente ya a altas horas de la noche cuando solo los fantasmas caminan, bajé a mi habitación donde esta aun mi pequeña hermana en la cama dormida, sin querer levantarla me fui hacia el sillón que se encontraba en la suite y solo me deje caer y cerré mis ojos solo hasta que el cansancio me venciera… y caí profundamente dormido…

 

      No se que horas eran, sin embargo el sol apenas salía por el horizonte, los rayos del sol volviéndose de un color rojo al tono amarillo que siempre observamos, mi hermanita aun estaba en la cama profundamente dormida, mientras saco de la parte de abajo el arma, ese rifle que había dejado armado y listo, solo faltaba el silenciador, lo tomé de su estuche y lo empecé a girar lentamente sobre el cañón hasta terminar de enroscarlo… mientras tocan la puerta y observo como un sobre es deslizado por la parte de abajo; me acerco a la puerta mientras de manera sigilosa trato de escuchar que no haya nada sospechoso, tomo el sobre y lo abro lentamente, dentro está una carta con la misma letra que había visto ayer…

 

Armand

Después de hacer tu trabajo, debes esperar 2 horas dentro de tu habitación la policía tardará en investigar dentro del hotel así que tu y Yessica podrán escapar sin problemas, sus nombres han sido cambiados en las tarjetas de registros, de inmediato enviaré a limpiar las habitaciones después de que salgan ustedes, sigo apenada por lo de ayer espero que dentro del fondo me hagas ver todo lo que me dijiste ayer… espero que no seas un simple asesino como los demás sinceramente así lo espero.

Jade.

 

 

      Ya todo estaba planeado entonces, ahora solo faltaba presionar el gatillo y salir de ahí, Yezika iniciaba a levantarse, aun cuando estaba sentada se iniciaba a tallar los ojos y la cara… —Hermanito, ya estabas despierto— me dijo con efusivo saludo —Vamos, es hora de tener listo todo, debemos limpiar nuestras huellas de este lugar comprendes— durante varios minutos iniciamos la limpia de huellas de todos los objetos que habíamos tocado…  el tiempo pasó tan de prisa que tan solo a media hora antes me preparaba sentado en la silla que había dejado ayer en la ventana, usando la mira telescópica pude ver que poco a poco el restaurante se llenaba, y ahí estaba sentado el padre, dialogando con el asesino esperando a su victima, afinando el último detalle del golpe, sin embargo no se esperaban que estuviéramos ahí… me coloqué el aparato en mi oreja.

 

—Belnamdes, estoy en mi posición— —No esperaba lo menos de ti Belmont, prepara el arma, no debemos fallar o todo se vendrá abajo— claramente había escuchado sus instrucciones… —Ok, tu blanco ya está en su lugar— todo quedó en silencio dentro de la habitación, la tensión estaba a tope y el tiempo transcurría tan lento que parecía que llevara mas de una hora sentado en esa silla. —Armand, carga tu arma ya casi es hora espera mi señal para disparar, recuerda lo que te enseñé siempre cabeza o cuello—  cuando estaba entrenando con ella, enseñándome a cazar, primero reviso el arma… jalo del martillo  y cierro el compartimento de la bala, presiono el gatillo, el ruido suena perfecto, un arma en muy buen estado… respiración lenta y calmada coloco el arma sobre mi brazo y la culata sobre en mi hombro derecho esto es para evitar el retroceso, abro el compartimento y deposito la bala en él, lo cierro despacio el arma preparada y usando la mira telescópica el punto rojo sobre la cabeza de mi victima, siguiendo sus movimientos naturales, asegurando el blanco… listo para no fallar… —Ahora Armand…— entonces que inicie el caos pulso el gatillo y el ruido es detenido por el silenciador la bala saliendo disparada directo a la nuca del padre lo cual atraviesa de una solo golpe… milisegundos después una segunda bala en el costado izquierdo de la cabeza del otro individuo fulminados al instante y los manteles manchados de un rojo sangre… el caos inicia de nuevo Caroline…

 

1 comentario

Sakkarah -

El caos, el sueño...

Que terror en la cripta. menos mal que sólo fue una pesadilla.

Me ha encantado leerte. Un beso, Armand