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¤ †¦Årmand ßelmont¦† ¤ ‡ [ Figther Dreamer ] ‡

Capítulo 2 -Sonido de lluvia cayendo-

Una hora de camino, por fin había llegado a la siguiente ciudad, mis manos estaban heladas a causa del viento que generaba al viajar a mucha velocidad, el cielo estaba oscuro, ya tomaba el tono grisáceo del típico color de lluvia, todo indicaba que debía buscar refugio pronto en algún lugar, lo mas probable era un cementerio, rápidamente a la entrada de la ciudad pude encontrar uno, lo suficientemente antiguos para contener mausoleos, que últimamente son tan escasos ya que ahora se sigue la costumbre de colocar puras lápidas (tal y como nuestros vecinos del norte). Todo parecía que se estaba celebrando un entierro dentro del cementerio ya que había autos y se escuchaba mucha gente dentro, era lo mejor que me había pasado ya que podía entrar tal como persona normal, sin brincar las bardas, caminando lentamente por la entrada principal, guardadas por dos estatuas de ángeles, caminando entre los mausoleos para tratar de encontrar el más adecuado,  aquel que podía ser forzado con facilidad y dejarme, no permitirme tan sólo pasar una noche, había encontrado el perfecto, un mausoleo de color verde, con un ángel en la parte superior, parecía muy antigua, de algunos 50 años tal vez, aunque estaba muy cerca del entierro de la otra persona, realmente no me importaba quien era o que hizo, sin embargo no podía actuar para no levantar sospechas, caminando un poco mas adelante, una niña sentada en una tumba, sentí curiosidad y de inmediato me senté a un lado de ella —Hola— le dije mientras me acomodaba la gabardina —¿vienes con alguien de aquellas personas?— le pregunté, mientras ella tan sólo asintió con la cabeza, tenía los ojos rojos, se notaba como las lágrimas habían surcado sus mejillas rojas, su cara un poco pálida, y en una mano sostenía un “balero”, mientras que en la otra sostenía una rosa, entonces entendí que lo mejor era callarme, sin embargo… —¿Por qué tuvo que morir tan bueno que era…? ¿Por qué abuelito?— sus palabras de súplica llegaron a mi corazón, como aquella vez que vi por última vez a Caroline en su féretro, se hizo un silencio tan pequeño, hasta que los sollozos de la niña me sonsacaron de mi pensamientos… — ¿Sabes?, hay veces que las personas buenas se van antes, es doloroso lo sé, sin embargo debes seguir adelante, tu abuelito lo hubiera querido, además el ahora se encuentra en el cielo en donde puede verte a donde quieras que vayas— le dije mientras le tocaba el hombro, no esperaba que me comprendiera, por lo menos a su edad… — Oh… aquí estás Lourdes, espero que no hayas molestado al señor…— escuché una voz dulce mientras algo pasaba en frente de mí —Espero que la pequeña Lourdes no lo haya molestado, quería tanto a su abuelo que ha sufrido tanto, todo lo vamos a extrañar— me dijo la voz, levantando mi cara un poco sin ver a la cara de quien me hablaba —No se preocupe señora, todo saldrá bien— agarró a Lourdes de la mano para llevarla a su lado —Dígame, usted no viene con mi padre, no lo he visto en el pueblo— me preguntó mientras la pequeña Lourdes se levantaba accediendo a la orden de su madre —No señora, soy de fuera, vengo a visitar a un viejo amigo— mentí para poder salirme de  todo lo que pudiera pasar, si supieran quien soy tendría que silenciar a ambas —Bueno, entonces hasta luego— moviéndose lentamente hacia el mausoleo donde estaban enterrando al pobre señor, mientras la pequeña Lourdes se detuvo un momento, extendió su brazo para entregarme la rosa, instintivamente la tomé —No estés triste, recuerda, esa persona a quien quieres ahora te vigila desde el cielo— me dejo la rosa y siguió caminando con su madre, tan enternecedora escena me dejo perplejo, sumido en mis pensamientos dando vueltas a la rosa una y otra vez, al borde de las lágrimas.

 

—Vaya Belmont, no sabía que eras pedófilo, que bien lo tenías guardado— una voz sensual en mi oído, un olor dulce, no podía identificar bien el olor, ya que no estoy acostumbrado al olor de un perfume, pero la voz si podía reconocerla, era Yessica… —Cállate no digas estupideces, ahora que se supone que haces, ¿espiarme?— me levanté para voltearme a ver a Yessica, traía un vestido negro pegado al cuerpo, muy sensual, observé su cuerpo una y otra vez, era magnífico, atlético pero sin perder feminidad… —Vaya, llevas rato observándome, no estarás pensando en perversiones o si — soltando una risa de complicidad y volteando de perfil mostrando su esbelta figura — No seas estúpida, dime a ¿qué viene que estés aquí?— le dije en tono un poco cortante, lo cual a ella le pareció gracioso y burlándose de mi usando poses sensuales — Sólo he venido a traerte esto, eres un poco predecible ¿sabes querido?— mientras se agachaba descaradamente para mostrar sus pechos por su pronunciado escote y dejándome caer un silenciador a un lado de mí —¿Qué no te gusta como se ven?... ¿o tal vez?— dijo mientras con sus brazos apretaba un poco sus pechos, lo cual hizo levantarme de la tumba en que estaba sentado casi sin tomar atención a tan escena erótica, tomé el silenciador — ¿Por qué me has traído esto?— — dime Belmont, tu piensas que un político como él va a andar libre sin protección en la ciudad… vaya no te creí tan estúpido…o eres muy impulsivo, haces las cosas sin pensar… tal vez eso sea… lo … que… — la voz se fue perdiendo hasta llegar al susurro, lo cual no entendí nada — Gracias Belnamdes, nunca lo había pensado así, te debo mas de una— le dije tomando el silenciador y colocándolo en una  de las bolsas de la gabardina —Sabes Belmont, saldré por unos días has tu trabajo y mantente escondido hasta que te diga el siguiente movimiento, es difícil conseguir el siguiente eslabón de esta cadena, cuídate mucho, por favor— mientras me abrazó y colocó su cabeza recostada en mi pecho — pronto estaré por aquí, hasta luego querido AB— me dio un beso en las mejillas cerca de la comisura de mis labios, mientras apretaba su cuerpo al mío, sólo se media vuelta y salió caminando lentamente moviéndose muy sensualmente al caminar, acerco la rosa a mi nariz mientras camino lentamente a mi mausoleo reservado para pasar el tiempo planeando el como asesinar a este político corrupto.

 

Me había quedado dormido, no se que tanto tiempo, el cielo esta oscuro, y el viento empieza a soplar, vaya parece que una pequeña tormenta se acerca, todo parece indicar un trágico final, tal vez, no se… siento algo en mis manos, oh si, es la rosa, esa pequeña, es fuerte a pesar de sufrir por la muerte de su abuelo… vaya una gota, empieza a llorar el cielo,  caminando lentamente entre tumbas y mausoleos, lentamente hacia una de las paredes laterales del cementerio, sosteniendo la rosa, tal vez otra cosa que me unía a mi ya casi perdida humanidad, ¿me estaré convirtiendo en un monstruo?.... un mister Hyde encantador… de vez en cuando huelo el dulce aroma de la rosa, recordándome la inocencia de aquella niña, su tristeza, alguna vez a mi me llegarán a querer tanto así… no… no creo ser tan estúpido, a mi solo me espera la muerte trágica, asesinado o muerto en una cárcel, peor aun, puede ser morir en una cámara de gases… dándome la justicia que merezco, no me preocupa no le temo a la muerte, solo es el siguiente paso, pero no quiero abandonar este mundo sin llevarme al infierno a todos aquellos involucrados en tu muerte Caroline, hasta que el último que caiga, no importa que mi cuerpo se desgarre en pedazos… huelo la rosa por ultima vez, y con cuidado la pongo sobre una lápida, me acerco a la pared, reviso que nadie pueda verme saltar, tomo el impulso necesario, después de todo la pared no es alta, además pienso que ningún muerto piensa escapar, al caer del otro lado, me incorporo para seguir mi camino, buscando a mi próxima victima, necesito investigar que debo hacer, caminando lentamente, muy despacio con mi vista al horizonte, casi perdida, solo observando el movimiento de las personas, una pareja de chicos besándose en una esquina y el contraste en otra de dos chicos, apenas unos niños drogándose, sin dinero ni familia, a eso que le llamamos niños de la calle, tirados perdidos en su mundo, sin guía, una persona sin guía esta a la deriva de cualquier tormenta, sexo, alcohol, drogas, prostitución, asesinatos y robos, son las cosas que han aumentado en mi país, sin contar la débil fuerza política que tenemos, con aires de tomar el dinero del pueblo para su uso personal, y el estúpido que asesinaré no es la excepción, asesino encubierto en faceta de buen político… odio a la gente con doble vida, mis puños se cierran con fuerza, mientras paso lentamente a un lado de los chicos drogados… el fuerte olor a marihuana mezclado con resistol 5000 entró en mi cerebro, dejando un sabor nauseabundo en mi boca, llevando la mano a mi nariz, me aleje y con ello dejando el mal olor de los vicios detrás de mí.

 

Mientras caminaba, no dejaba de recordar aquella niña, me recordaba a mi cuando era niño, la lluvia empieza a caer un poco mas, las gotas eran pequeñas, algunas eran gruesas,  cayendo sobre mi cuerpo podía sentir en mis manos tocar las frías gotas, otras caían en mi cara, el olor a tierra mojada me hacía añorar mis días de inocencia, aquello en que no te importaba nada, caminabas aun lloviendo porque te gustaba, jugabas… después cuando crecí, me gustaba caminar, lentamente sobre la lluvia, a pesar de que todos corrían a cubrirse a mi me gustaba bañarme bajo la lluvia, escuchar su sonido sentado en alguna banca, con mi cara mirando al cielo, mis ojos cerrados, las gotas de lluvia cayendo directamente en mi cara, como pellizcos… me sentía alegre, aunque todos me miraran raros y algunos se reían yo solo sonreía nada podía sacarme de felicidad, excepto tú, que tan solo verte correr cubriéndote de la lluvia, abrir tu paraguas y apresurar mas tu paso, siguiendo el rápido andar de las personas, nadie es capaz de detener el tiempo, disfrutar de las cosas sencillas de la vida, heme a mi un día que algunos odian para mí tan solo es un día de tranquilidad y calma… pero ese día, yo sentado en la banca del parque del pueblo donde nací, con mis manos extendidas a los lados sintiendo caer las gotas de lluvia, mi cara levantada hacia el cielo sonriendo, tal vez como loco, de un de repente la lluvia dejo de caer en mi cara, tan solo el ruido de las gotas cayendo en un paraguas… abrí los ojos, y estabas tú parada enfrente de mí, con una sonrisa en tu cara, te veías tan linda —Bueno, tu no te preocupas que te puedas morir de pulmonía verdad AB—  yo solo te devolví la sonrisa moviendo mi cabeza de un lado a otro en signo de negación, luego al parpadear por tan solo unos momentos tu me besaste en las mejillas, me quede solo cayado, sentado ahí solo sintiendo tus calidos labios y tus mejillas, se sentía tan bien…te levantaste y me volviste a sonreír, mientras caminabas hacia tus amigas que te observaban, y me lanzaban una mirada de chico raro, y salían casi corriendo, siguiéndote con la mirada, tocando mi mejilla… recordando la calidez de tus labios.

 

Algo cálido me sacó de mis pensamientos, una lagrima derramada por mi amor, por la persona amada, no da vergüenza,  yo por ti mi amor… y por mi alma que ya no puede volver hacia atrás, si vieras en lo que me convertí, un asesino, aquel que quita las vidas de otras personas, no quiero justificarme diciendo que mato por amor a ti, no, mi amor esta intacto por ti, es tan solo por la vanalidad del hombre… una venganza, tengo ganas de consumarla y miedo a perderme en ella alejando de lo que queda de mi humanidad, solo tu amor me mantiene caminando como alma errante…Mi Caroline querida, quisiera estar contigo, mis lagrimas se llenan de lagrimas por ti… y el cielo también la lluvia empieza a apretar mas y mas, ahora la fría lluvia y mis lagrimas tibias se mezclaban, me había parado tan solo un momento, mi mirada agachada, apretando mis ojos, mis labios y mis puños encrespados, en este momento lloraba mi alma, mi corazón y mi humanidad tan solo por mi amor…

 

No acabo creyendo que estés muerta, no sigo creyendo en ello, tu vives mi Caroline, sigues viviendo en mi, no quisiera dejarte morir… me tiro al suelo, el dolor es tan grande como para seguir en mi misión, mi alma se quebraba en pedazos, no lo resistía más, solo me deje caer en el encharcado suelo, tomando mi cabeza y llevándola a mis rodillas, dejando que mis lagrimas cayeran lentamente por mis mejillas,  un dolor que me quema, mi corazón arde de rabia, de amor y de sed de sangre… ¿Cómo puede el hombre mantener semejantes sentimientos?... aprieto mis manos contra mi rodillas, mis ojos pegados también a las rodillas, la lluvia mojando mi espalda, ese sonido de gotas de lluvia que me tranquilizaba, ahora me hacía llorar… me siento tan débil, tan pequeño que no se que hacer, Caroline, ayúdame dame fuerzas para seguir adelante, aunque pierda mi humanidad… puedo sentir una cálida brisa, Caroline, ¿ eres tú?... mi vista se levanta, estas frente a mí, puedo sentir tu presciencia, tu olor, tu tacto… ¿acaso eres tú? Levanté mi vista, estabas tú, sonriéndome mi Caroline, no puede ser verdad,  tan solo alucino, no sé… te acercas… puedo sentir tus labios… Caroline… ¿esto es real?...

 

Caroline, me has dado las fuerzas… tu silueta se desvanece entre la lluvia, mis lagrimas aun caen mezclada con la lluvia, me levanto poco a poco, apoyando mi mano en el suelo, mi alma había recuperado su equilibrio, sabía que debía tranquilizarme, después de un rato, aún puedo ver tu sonrisa, mi pequeña Caroline… aunque deba perder mi alma, mataré a todo quien estuvo involucrado… tomando mi espada, sacándola de la funda, colocándola frente de mí, con la hoja en horizontal, donde las gotas de lluvia pudieran tocarla, escuchar su sonido me hacia recordarte, y recordar mi promesa de vengar tu muerte… aunque sea con mi último respiro, por el amor que te siento, y la humanidad que me queda, yo… cambiaré mi mundo… yo protegeré tu recuerdo… pero este momento, estemos juntos con el corazón… levantando mi cara al cielo con los ojos cerrados mis manos extendidas sintiendo la lluvia… sonriendo un poco…. Caroline… mi corazón siempre esta contigo….

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