Blogia
¤ †¦Årmand ßelmont¦† ¤ ‡ [ Figther Dreamer ] ‡

Capítulo 5. Retoños en Invierno

Seis meses han pasado desde aquella masacre, ahora comprendo porque los seres humanos tenemos pesadillas, no he dormido bien ni mucho menos me he alimentado bien, vivo solo en una cabaña abandonada en el cerro, encerrado en mis pensamientos, y aferrado a mi espada, me da miedo cerrar mis ojos, cada vez que los cierro, veo esa cara, veo toda esa sangre derramada, y… por Dios que atrocidad he hecho, pero lo que mas me atemoriza es ver tu cara Caroline, que me observas de cerca como si fuera un monstruo y en verdad lo soy, hermanita… he cobrado tu venganza, desde aquel día en tu tumba, he llorado todos los días, y a pesar de que he cometido yo el error, sigo culpando a aquel hijo de puta, Dios por qué me pasa esto a mi… no… Dios ya no puede observarme, ahora que soy lo que soy un desalmado asesino, un hijo de puta capaz de desmembrar un cuerpo en un solo arranque de ira… un carnicero todo por una puta venganza… he condenado mi alma a la oscuridad, al infierno, y el Demonio debe estar lamiéndose los bigotes pues el hecho es irrefutable, iré al infierno y me quemare por toda la eternidad, pero tú mi amor… Caroline, jamás volveré a verte ni en la otra vida, lagrimas salen de mis ojos, ojala fueran lagrimas de sangre, pues debería pagar por cada crimen hecho, maldición, me siento solo abandonado y sin esperanzas… quisiera suicidarme pero, mi vida no me pertenece, por el momento, sigo en mi venganza, ellos deben pagar por lo que te hicieron mi amor, aunque por el momento debo esperar, el invierno esta por llegar, quisiera tomarme un tiempo, aunque dime Caroline que debo hacer, como debo continuar, se que ahora me odiarías… pero, como quisiera tus labios quisiera besarlos, y mirarte a los ojos, reír y seguir nuestras vidas juntos, diablos Caroline aun te sigo amando, y me odio a mi mismo… y con esta espada he cobrado tantas vidas, tanta sangre en ella, aun puedo olerla, aunque al principio no me gustaba el olor me he acostumbrado, aunque a veces también llego a odiar dicho olor, me revuelve el estomago solo de pensar lo que hice, la gente lo cataloga como uno de los peores crímenes en la historia del país, no era para mas, ya que aquel cuerpo estaba hecho añicos, pedazos por todos lados.

Si el ser humano tiene la capacidad de curarse a sí mismo, para mi no habría esperanza y aunque sé y reconozco que la venganza no es el mejor camino en la vida, estoy siguiendo el sendero que contradice mis principios, guiado por mi corazón y mis sentimientos, por el amor de mi amada, a quien en vida la quise y ahora aunque la sigo amando no me siento digno de ella, pero, ¿por qué sigo este camino?, ni yo mismo me entiendo, quiero dejar todo esto, dejar mi espada y seguir avanzando, dejar de lado todo lo que paso, pero, si tan solo amor… si tan solo no hubiera pasado aquello ahora seriamos felices y seguiríamos con nuestras vidas hacia delante, pero el destino te puso en medio de todo aquello e indirectamente me colocó en esta situación.

Vaya una gota de lluvia, en esta época, bueno tanto ha cambiado el clima que ahora no parece raro que de vez en cuando por estas fechas por azares del clima llueve, yo lo tomaba siempre como si nevara para nosotros, ya que la ubicación de mi país es de clima tropical, entonces la nieve aquí sería impensable, fue un día como estos en el que nos volvimos a encontrar, un día de estos donde pude sentir tus labios Caroline al ver las gotas de lluvia fuera, su sonido me tranquiliza por un momento, me trae al recuerdo aquel momento, porque hoy es tu cumpleaños mi preciosa Caroline, hoy 9 de Diciembre me gustaría volver a ese día, estaba tan nervioso como no sabes mi corazón latía mas rápido sentado en la banca de la pequeña plazuela de la ciudad tan contento que mi sonrisa estaba de oreja a oreja, tanto así era que no me importaba si la gente se reía de mi, era tan obvio tanto se me notaba la felicidad que varias personas se acercaron a bromear conmigo, pero no me importaba, porque el tan solo verte ese día me haría feliz, ahí mataría dos pájaros de un tiro.

Y entonces te vi venir, caminando lentamente hacia mi, con tu cara sonriente ese cabello dorado cayendo suavemente sobre tus hombros, tu mirada una de las cosas que mas me encantaban de ti, tan vivaz como siempre, te observaba como si fuera un tonto, admiraba tu belleza… un ruido… tomo mi espada y coloco mi mano en la empuñadora, esperando por si fuera un ataque… —Hola, soy yo…— esa voz que apenas hace poco conocí, estando aquí muy alejado de la sociedad siempre viene esa chica, siempre me trae comida desde aquella vez que la salvé de un violador… —Eres tú pequeña Yezika… vaya pensé que era alguien más, debes de avisar antes de llegar aquí…– vi venir a esa chica con linda sonrisa, cabello negro largo tocando sus hombros, lentes, es tan linda que para mi parece una niña, aunque… —Lo sé, lo sé puedes asesinarme… y no soy una niña… tengo 18 años creo que eso me convierte en adulto no crees— su cara mostró un poco de molestia, apenas hace algunas semanas el violador había asesinado a sus padres para conseguir llegar a ella, aunque solo fue coincidencia que pasara por ahí y aunque en ese tiempo estaba muy afectado de la masacre que había hecho , no había comido, ni siquiera dormido bien, en mis ojos podían notarse las ojeras, tan solo un muerto viviente, porque si dormía siempre soñaba la misma pesadilla de sangre y la cara… —Armand… Armand… ¿Estás bien?...— la voz de Yezika me habían sacado de mis pensamientos —Tan distraído como siempre, vaya no se como acepté estar aquí entrenando contigo si ni siquiera me pones atención, eres un mal maestro Armand— escuchaba sus palabras mientras pellizcaba mis mejillas, para sacarme de mis pensamientos… —Perdón pequeña Yezika— —Que no soy una niña, te lo repetido tantas veces, eres muy tonto Armand— era gracioso observar como su cara ser ruborizaba del coraje con tan solo llamarla “pequeña”, por lo menos me tenía pensando en otra cosa que no fuera aquella pesadilla… aunque el cuerpo de Yezika, parece ser estar muy desarrollado, muchos hombres la desearían con tan solo mirarla… en fin… a mi solo me parece graciosa…

—Bien pe…— estaba preparada a gritarme en cuanto terminara la frase — … Yezika, bien toma tu vara que practicaremos un poco de espadas, la última vez tuvimos un pequeño combate con estas varas, así que hoy será lo mismo, así que ven con todo… pequeña Yezika— su progreso con la espada es muy bueno, pero hablando de puntería… mejor ni decir, desde aquella vez que yo caminaba como un zombi, sin haber comido bien, desvelado, y con mis ojos pesándome, de pronto un ruido me alerto, tomé de inmediato mi espada y corrí lo mas que podía y que mis pies me permitieran, al avanzar por una pequeña vereda me encontré dos cuerpos en el suelo, ambos degollados, atados y amordazados, había un charco de sangre alrededor… no puedo creer que el ser humano mate por placer, aunque no tengo porque quejarme… yo soy peor a él… un segundo grito me alerto de nuevo, seguí el sonido corriendo hasta encontrarme en la escena, ahí estaba ella a merced de ese estúpido puerco, ya le había arrancado la ropa, sus pechos estaban al descubierto y parte de su vestido rasgado, mientras el perpetrador de tal atrocidad solo estaba ahí riendo, gozando, en una mano sostenía un machete mientras la otra mano, tan asquerosamente iba a su pene, el muy sínico se estaba masturbando con la escena… empuñé mi espada con la poca fuerza que me quedaba y me acerqué a ellos —No crees que es muy asqueroso lo que estas haciendo idiota— —¿Quién chingados anda ahí?...— —¡Justo a tu lado! Imbécil— lo golpee con fuerza con el mango de mi espada en su cara, mientras se agachaba para detener su dolor lo patee haciéndolo que se moviera de su lugar un poco —Personas como tú me dan asco, buscando sexo con tan solo una niña— —Acaso oí niña… ella es una puta, como cualquier mujer todas son unas putas malagradecidas… lo único para que sirven son para violarlas y matarlas… putas… putas… son lo único que son— me gritaba sus estupideces, una mente tan perturbada y podrida como él por qué debería estar viviendo, tan cobarde para aprovecharse de niñas para olvidar sus frustraciones… puta madre… quiero partirlo en dos… era lo que pensaba en aquel momento, mientras mi vista se empezaba a nublar por el cansancio y el esfuerzo me habían agotado casi por completo tanto que ahí mismo pude haber caído desmayado, sin embargo, le di suficiente tiempo para que se recobrara y me atacara… para el momento en que me había recuperado de un casi desmayo, el casi estaba encima de mí, como pude interpuse mi espada entre su machete justo lo necesario para que solo hiciera una pequeña herida en mi hombro y con el impulso de su fuerza ir a caer al pie de uno de los tantos arboles que había en el lugar, cuando quise levantarme lo mas rápido posible mi cuerpo no me dejó, estaba tan débil que mis manos no podían el peso de mi cuerpo, me costaba esfuerzo poder esquivar los machetazos que me tiraba ahí mientras estaba en el suelo, cada vez mas cerca de rebanarme una parte de mi cuerpo, ya que este cada vez me respondía con menos velocidad, hasta que quedé acorralado, pegando mi espalda al tronco de un árbol, y con mis últimos respiros para el desmayo, mi corazón acelerado de las pocas veces que me sentía arrinconado, intranquilo y que no sabia que hacer, de las pocas veces que mi mente se sentía turbia, y mis movimientos torpes, mi vista nublada a merced de alguien quien podía asesinarme con el solo hecho de clavar su arma en mi corazón…

Al ver como levantaba su machete para darme el adiós a este mundo, me negué a morir, no quise que la pálida y esquelética muerte me llevara, no era mi tiempo había una misión que cumplir y una venganza por cobrar pero… mi cuerpo decía otra cosa, me pesaba y cada vez me costaba mas trabajo moverme, cada vez mas perdido mi vista se empezaba a cerrar en un circulo negro, lo único que recuerdo aquella vez fue levantar por última vez mi espada, y que mi vista caía mas y mas en la oscuridad simplemente mi cuerpo estaba desfalleciendo, pero entre la oscuridad escuche como un susurro en el viento, aquella voz que me motivaba, aquella voz que me hacía sonreír, aquella voz que cuando la escuchaba triste me hacia estar triste, cuando reía me hacia reír, cuando se enojaba me hacia sentir mal, cuando me susurraba al oído me hacia temblar, cuando me llamaba con amor me hacia sucumbir, cuando me hablaba con delicadeza y estaba enojando me hacia ser mas dulce… la voz de mi amada, de mi única y querida Caroline, en ese momento el conocimiento regresó, y antes de que él colocara ese machete de metal frío en mi cabeza, alcancé a mover mi espada para enterrarla en su pecho, mientras movía mi cabeza para solo esquivar por muy poco, de hecho, sin fuera por la corteza irregular que tenía aquel árbol seguro que estuviera muerto, fue un golpe de suerte… no fue Caroline, ¿acaso aunque fuera un monstruo me seguirías amando mi Caroline?, empujé mi espada con fuerza perforando su pulmón y atravesando su cuerpo, la escena era el hijo de puta parado frente a mí, con mi espada atravesando su cuerpo, yo sentado en el árbol, sentía como la sangre impura de aquel pendejo, pedófilo corría por mi espada, ensuciando su hoja color plata, hasta la sangre de los que había asesinado se me hacia mas pura que la de este imbécil…

—¡Armand! Te has descuidado, ahora vas a perder contra mí — la voz de Yezika me saco de mi pensamientos, al verla venir con tal fuerza, velocidad, pero descubierta a cualquier ataque, me hizo reaccionar para hacer con mi vara a un lado la suya y darle un golpe seco en la cabeza. —Tonta creíste que con ese simple ataque me vencerías, te lanzas con fuerza y velocidad pero sin prudencia, solo un estúpido con ganas de morir se lanza sin tener un plan o una defensa— ella se estaba tocando la cabeza, creo que me había emocionado de mas y se me pasó un poco la mano, aun así la escena se me hacia graciosa —¡ARMAND! Eres un estúpido eso me dolió, se me va a hacer un chichón— me gritó reprochando el golpe que le había propinado —Atacas desesperadamente, eso es lo menos que te mereces, si estuviéramos con espadas de verdad ya hubieras muerto… vamos de nuevo pequeña Yezika— Le dije tiernamente pero con algo de firmeza, era gracioso, pero aquella vez en aquel lugar al ver como asesinaba en un charco de sangre, después de llegar a la cuenta de que estaba por morir aquel imbécil solo me levante y saque mi espada de su moribundo cuerpo, solo para dejarlo desangrar y con un movimiento de mi espada quitar la sangre que aun corría por ella, arrancando su camisa para limpiar la hoja de mi espada de algo tan asqueroso como su sangre, la chica había dejado de gritar y al acercarme le comenté que ya no debería buscar venganza, pues ya la había tomado por ella. Su mirada estaba fija en mí, cuando me retiré del lugar ella me siguió a mi lado, hasta que llegué a esta choza… si se le puede decir un lugar donde vivir, y permaneció conmigo unas horas, observándome… hasta que sus palabras salieron —Eres tu un ángel verdad— eso me hizo reír, tal pensamiento tan infantil, pero a la vez tierno —Solo soy un asesino, si no hubiera estado por casualidad por aquí el te hubiera asesinado — —Enséñame a asesinar…— —¡Qué! NO, estas muy tonta, no te voy a enseñar vete niña…— ella al ver mi sobre salto se fue, pensé que no regresaría, pero por varios días regresaba insistiéndome, creo que tal tenacidad al fin me hizo entender en razón y me recordó a mí cuando decidí convertirme en asesino, al final terminé por acceder desde ese entonces… decidí adoptar aquella chica de nombre Yezika como mi primer alumna, y para cubrir su identidad darle el nombre de mi claro pseudónimo apellido.. Belmont, mi primera alumna mi segunda pequeña hermana... Yezika Belmont, un pequeño retoño en invierno.

Prometo no dejarte morir como aquella chica, prometo no convertirte en un monstruo como yo, yo te protegeré mi pequeña y dulce hermanita… Yezika Belmont…

1 comentario

yezikita -

aaaa me mato esooo xD wenoooo jijiji me encanta mas ahora la obra.. deja pongo en mi msn ese nick.. [super emocionada]